domingo, 28 de octubre de 2012

En busca del Educador Social



Crónica formativa/reflexiva

En esta ocasión, les comparto un pequeño ensayo realizado para la materia de Educación Comparada en torno a los conceptos de Educación Social y Educador Social.

¿Qué saben ustedes de este campo?
¿Qué entienden por Educación Social? ¿A qué les remite?


En busca del Educador Social
 


Qué estamos buscando

Hablar de Educación Social presenta retos de importancia para aquel que pretende comprender los alcances del término, la profesión y el individuo en particular.

El término ha estado presente en textos desde mediados del siglo pasado, sin embargo, la profesión propiamente dicha es relativamente reciente en cuanto a su aplicación, legitimación y diferenciación de otras ramas. Es por esto que el buscador del Educador social ha de empezar por distinguir primeramente qué es aquello que busca, qué lo define, qué lo diferencia de otros.

Podemos analizar el término y definirlo como una rama práctica de la pedagogía social, aquella que lleva a la práctica lo estipulado en la teoría. También, podemos tomar la postura de aquellos que lo ven como la forma pedagógica del trabajo social.

Sin embargo, un análisis más profundo nos lleva más allá y nos muestra que la Educación social excede los límites de la pedagogía, pues no se centra en ‘qué aprendemos’, ‘cómo aprendemos’, ‘cuándo aprendemos’, sino que considera como punto focal al ‘quién aprende’, ‘en qué contexto aprende’, ‘bajo qué condiciones aprende’, entre muchos otros factores de los que surge el apelativo social.

De manera inversa, consideraríamos que excede el ámbito de acción del trabajo social al tomar en cuenta los factores educativos que darán solución a las problemáticas de el o los individuos sujetos de intervención. Es mediante herramientas educativas que el Educador social ha de llevar a cabo las acciones que le competan, según el contexto en que se desarrolle.

Dentro del mismo título que le confiere el aspecto social, hemos de ver a nuestro profesionista involucrado en medios muy diversos, donde posiblemente la única característica en común es que existe uno o más sujetos con una necesidad o problemática, independientemente de si el desarrollo de ese sujeto se da en una institución o grupo particular, en el medio social en que se desenvuelve o en su cotidianeidad específica.

Vemos pues que nuestra búsqueda nos lleva a escrutar un medio amplio, donde el Educador social podrá verse camuflado, pues cuenta con características naturales de otras especies que vuelven su identificación trabajosa para el ojo inexperto que lo encasilla en su forma inicial de Educador, sin considerar sus implicaciones sociales.


Dónde hemos de buscar


Como observamos anteriormente, el Educador social puede perderse en los mares de la profesión si no exploramos con cautela. Tratemos pues de ampliar los parámetros de búsqueda para facilitar su identificación.

He dicho ya que la característica en común de los lugares donde podemos encontrarle es que cuenta con individuos con alguna problemática. Podemos ahora procurar catalogar las problemáticas para identificar así los medios en que se desenvuelve nuestro Educador.

En primer término, procuraremos hablar del ámbito educativo formal, que es donde concebimos al término Educación. Sí, podemos observar al educador social dentro de las instituciones de educación formal, en las escuelas de educación básica, en las escuelas técnicas, en las universidades. Lo encontraremos observando, recopilando datos, analizando, obteniendo información de las características de la población para comprender el contexto de los individuos y diseñando con base en esa información el mejor curso de acción para ayudar a esos individuos a integrarse en la totalidad de la comunidad y mejorar su experiencia formativa.

Vemos pues que nuestro profesionista es un ser analítico y reflexivo, que requiere de la comprensión, el intelecto y el conocimiento para realizar su labor. Mientras más conozca el medio en que los sujetos de intervención se desenvuelven, mejor será su acercamiento y las herramientas y estrategias que diseñe.

No obstante, también hemos de buscar en el ámbito informal, con toda su complejidad y posibilidades. El Educador social se involucra con aquellos que más lo necesitan, con los que se encuentran marginados, en la periferia. Así, lo encontraremos involucrado con ONGs, instituciones de educación no formal, programas e iniciativas rurales, independientes, gubernamentales y privadas. Lo veremos inmerso en programas de alfabetización, de resolución de problemáticas de desarrollo comunitario y un largo etcétera. En fin, todo aquello que pueda transformar la realidad de uno o más individuos mediante la implementación de estrategias formativas y educativas es el medio ambiente natural del Educador social que buscamos.

Así, comprendemos que el Educador social es un ser ‘humano’ en la más amplia extensión de la palabra. Se preocupa e involucra con aquellos que lo requieren. Puede y debe también comprender la distancia pertinente a la cual involucrarse para mantener la mente fría y el corazón intacto. Depende de la empatía, pero no se permite ser absorbido por ella, pues comprende que su estabilidad profesional depende de ello.

También debemos buscar en los programas de educación continua, en las universidades e instituciones educativas, en las bibliotecas y en todo aquel espacio que le procure medios para su crecimiento y perfeccionamiento profesional. Si algo o alguien le ofrece renovación, ahí buscará su asentamiento temporal, pues requiere mantenerse actualizado y en constante crecimiento, para acrecentar también sus capacidades, competencias, herramientas y estrategias.

Es un ser en constante cambio y de amplia adaptabilidad. Es también un ser de interrelaciones y transversalidades, pues trabaja mano a mano con muchos otros profesionistas de muchas otras áreas. Son ellos quienes le permiten, por una especie de simbiosis, adaptarse a las circunstancias que le son presentadas.

Lo veremos así involucrado con psicólogos y psicopedagogos, con economistas y sociólogos, con antropólogos e historiadores, con docentes, políticos, abogados y emprendedores. Lo veremos involucrado con instituciones públicas y privadas, con empresas alejadas del ámbito educativo, con iniciativas locales, regionales e internacionales. En resumidas cuentas, todo aquel individuo que le ofrezca medios, herramientas, soluciones y fines.


Cómo estamos buscando


Llegamos así, a la última etapa de nuestra búsqueda. Ya conocemos qué y dónde hemos de buscar. Cabe ahora preguntarnos cómo estamos buscando.

Nuestra sociedad requiere más y mejores educadores sociales, no obstante el desconocimiento de su existencia. Necesitamos seres humanos integrales que reconozcan, comprendan y actúen sobre las múltiples problemáticas que a todos nos atañen.

Debemos pues crear espacios para que esta poco reconocida especie prolifere, crezca y sea reconocida y valorada en su labor. Debemos procurarles los medios que requieren para su desenvolvimiento, ofrecerles el reconocimiento social, educativo y humano que necesitan para su crecimiento, brindarles los medios físicos, humanos, sociales y legales para su formación y perfeccionamiento.

Comencemos a replantearnos la búsqueda por reconocer nuestra propia necesidad de ellos, admitir su valor y el papel que han jugado desde tiempos inmemoriales en la construcción del género humano como lo conocemos hoy.
Antes, no contaban con la clasificación que hoy hemos desarrollado. Hoy, no cuentan con el reconocimiento y comprensión merecidos por su labor.

Encontraremos que este polifacético ser que llamamos Educador social forma parte de los cimientos, del pasado, el presente y el futuro de nuestra sociedad. Más en el último, pues es quizás la verdad más hermosa del Educador social la que nos señala que su fin último es no ser necesario.

2 comentarios:

  1. Muy interesante trabajo, me dejo sin palabras el último párrafo, me encanta que reconozcas la necesidad de reconocimiento de esta labor! Nos seguimos leyendo...

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  2. Muchas gracias por los comentarios, Mónica. Es un placer poder compartir mi trabajo de esta manera.
    Sí, es una de las profesiones menos conocidas, reconocidas y valoradas de nuestros tiempos.
    Adelante, pues. Un abrazo.

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